“Para mí, ser voluntario significa hacer las cosas con pasión, desde el querer hacer, desde que no sea nada impuesto, desde eso que recorre las fibras del corazón y de la piel, para hacer juntanza, para crear otros espacios, otras sensibilizaciones, y entender otras realidades”. Así lo dice Brandon Loaiza, joven habitante de la Comuna 8 de Medellín, y participante del proceso formativo de Voluntariado Joven, proyecto de la Secretaría de la Juventud en alianza con la Corporación Con-Vivamos.
Desde hace más de ocho años, Brandon ha participado como voluntario en organizaciones como Penca de Sábila y la Redajic (Red Ambiental y Cultural Juvenil Intercorregimental), desde donde nace su interés y conocimiento en temas como el feminismo, el ambientalismo y las resistencias juveniles, razón por la cual vio en el proceso de Voluntariado Joven una oportunidad para conocer nuevas apuestas, miradas y enfoques, así como la posibilidad de crear red y fortalecer su proceso organizativo.
“Yo creo que se cumplió ese objetivo, ya que desde la Redajic logramos articular varios chicos y chicas a nuestro proceso”, explica este joven estudiante de psicología, aunque apasionado por el trabajo social.
Por su parte, Laura Catalina Obredor, habitante del barrio Tricentenario en la Comuna 5, cuenta que sus principales intereses y aprendizajes en este proceso formativo de Voluntariado Joven fueron “generar tejido social, esa construcción como persona, y no solamente ayudar, sino aprender a incidir en ese territorio juvenil, a cambiar de imaginarios y que nosotros como jóvenes sí podemos generar transformación en la comunidad”.
Es por esto que, para Laura, también estudiante de psicología en la Universidad Luis Amigó, ser voluntaria significa “amor, porque es una decisión propia, de tu voluntad, y también una construcción de ti misma, de cuánto tu estás dispuesta a dar por las otras personas sin esperar nada a cambio. Significa pasión y también solidaridad”.
Brandon y Laura fueron dos de los 180 jóvenes de 16 comunas y 3 corregimientos de la ciudad que, durante cuatro meses y siete encuentros virtuales, recibieron formación en temas como medio ambiente, salud mental y salud pública, derecho a la ciudad, participación juvenil, voluntariado joven, y narrativas comunicativas, a través del componente formativo del proyecto Voluntariado Joven, que tenía como objetivo fortalecer la organización juvenil y sus procesos de participación en la ciudad.
“Yo creo que se posibilitó que dentro de cada una de las sesiones se pensaran su territorio, entonces su territorio-cuadra, su territorio-casa, barrio, comuna y ciudad”, explica Oscar Manuel Cárdenas, líder del proyecto por parte de la Secretaría de la Juventud, quien además cuenta que el balance final de este proceso formativo es positivo, porque “tiene que ver con la posibilidad de acercarse a otros mundos posibles, y a partir de allí generar acciones territoriales”.
En ese sentido, en relación con los aprendizajes, Laura manifiesta que se lleva muchas reflexiones, “una de ellas son las comunicaciones juveniles, cómo nosotros los y las jóvenes a través de los medios de comunicación, la música, la cultura, los programas juveniles, hacemos tejido en la comunidad, y no solo tejido, sino también memoria de procesos y transformación para la construcción de paz”.
Con todo esto, Brandon considera que “se necesitan voluntarios y voluntarias jóvenes en la ciudad que se cuestionen, se critiquen, se construyan, para poder seguir haciendo una ciudad inclusiva para todos. En ese sentido creo que más que voluntarios y voluntarias necesitamos seres humanos que pensemos en una ciudad que podamos cuidar, que sea amena con el medio ambiente, y a su vez también con las personas que la habitan”.