Nuestro limitante mayor

A veces nos dejamos absorber de la rutina dejando de lado todos nuestros sueños y metas.

 

Un nuevo despertar y un nuevo comenzar! Sé que a veces es difícil entender el arte de vivir y caemos en una rutina que nos aleja de nuestros sueños y no nos permiten descubrir cada una de las posibilidades que día a día la vida nos ofrece: un abrazo, una caricia, un beso, el canto de los pájaros, un atardecer, el vuelo de una mariposa, el poder de descubrir la luz que nos habita y nos ilumina a cada instante… hagamos resistencia a la inercia, al olvido de lo que somos, al encerramiento en el silencio de lo que nos duele, de las injusticias, del miedo o la vergüenza….

Cegarnos a conocernos a nosotros mismos, a compartir con seres humanos en quienes podemos encontrar belleza, sabiduría o fortalezas asombrosas si nos atrevemos a explorar lo nuevo en una aventura hacia lo desconocido, emprender un viaje hacia mundos llenos de conocimientos que podemos ir adquiriendo en el tiempo.

La rutina es un gran límite hacia la realización personal, pero ¿qué es lo que en realidad nos limita? Sencillamente, las respuestas están en cada uno de nosotros, puesto que la manera de percibirnos a nosotros mismos y nuestro entorno, es lo que facilita o imposibilita conocernos y alcanzar nuestros objetivos en un lapso corto o largo.

La mente juega con cada uno de los seres humanos, pero es ésta misma la que permite ver las cosas con claridad. El manejo correcto de ella, nos proporciona la capacidad de razonamiento suficiente en el momento de querer librarnos de la rutina que tanto nos ata en nuestra cotidianidad.

Así que de ésta manera podemos identificar que cada uno es el que sabe hasta qué punto puede llegar y cuánto puede dar, esforzándose del alba al ocaso, por desarrollar potencialidades y acercarse al objetivo deseado.

 

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