Cada caminante es un aventurero, dispuesto a abrir la mente y el espíritu a los hallazgos de la ruta de su viaje. Cuando emprende su camino tiene tiempo y espacio para la conversación y la reflexión, para recorrer un mundo, conocer a sus habitantes y entender ideas nuevas.
Cada camino conecta lugares y personas. Con cada paso recorrido estamos más cerca del destino que buscamos, más cerca de lo nuevo y más lejos de lo conocido. Con suficientes pasos siempre se llega a un sitio en el que se nos abre un horizonte nuevo, en el que todo se ve de una manera diferente. Alcanzar ese horizonte es la recompensa del esfuerzo realizado.
Una iniciativa para dar el primer paso del cambio
El Club juvenil Caminantes del territorio integrado por jóvenes de San Antonio de Prado “es una iniciativa que busca promover la Salud Mental, la superación de retos personales, y habilidades para la vida en los jóvenes por medio del senderismo” dice Yohan Uparela representante de este grupo.
Esta iniciativa fue seleccionada para ser apoyada con el Estímulo de la Secretaría de Juventud de la Alcaldía de Medellín, y tuvo una alta participación de caminantes del corregimiento de San Antonio de Prado.
Consistió en 4 recorridos urbanos y rurales, en los que pudieron reconocer los espacios, las historias y las relaciones de las personas que habitan el corregimiento de San Antonio de Prado. Su propuesta va más allá del turismo y el senderismo, busca fortalecer la identidad y la autonomía de los jóvenes de su corregimiento.
San Antonio de Prado: una encrucijada de caminos
San Antonio de Prado es uno de los cinco corregimientos de Medellín, está enmarcado en las montañas suroccidentales, comparte límites con los corregimientos de Palmitas, San Cristóbal y Altavista, y es cercana al casco urbano del municipio de Itagüí.
Este lugar era perfecto para la idea del club durante la pandemia, nos dice Yohan Uparela “surge en el tiempo de la contingencia luego de este encierro comenzamos a buscar una alternativa diferente para hacer y surgió la idea de salir a hacer senderismo en las diferentes reservas que tiene nuestro corregimiento”.
Por su ubicación en el Valle de Aburrá es una encrucijada, un punto de encuentro de los caminos que van y vienen con el suroeste y el occidente antioqueño, por donde se movieron los viajeros del pasado que iban y venían entre las cuencas del río Cauca y del río Magdalena. Hoy, esos caminos hacen parte del territorio y son testigos de la historias que conformaron lo que hoy es este lugar para sus habitantes y la ciudad.
¿Y ahora por qué camino cojo?
El reto para las juventudes que habitan el corregimiento es construir su identidad a partir de la influencia campesina y la rural con lo urbano y lo citadino. De alguna manera es cómo hacer el recorrido desde el presente hacia el futuro.
Esta aventura propuesta por Caminantes del territorio impulsa a sus participantes a la articulación con otras personas, para comprender, decidir y actuar para provocar el camino del cambio que responda a sus expectativas y necesidades para consolidar su proyecto de vida y comunidad.
Y aunque ya pasó el encierro de la pandemia el club quiere seguir compartiendo su invitación “por eso seguimos desarrollando esta iniciativa y hacemos la invitación a muchos jóvenes que se suban a caminar, a hacer senderismo por medio de Caminantes del territorio”.
Con cada paso que damos avanzamos en la aventura de la confianza, de caminar, soñar y construir un nuevo horizonte con los compañeros de viaje.