No hay lugar a dudas, de que los 56 años de historia de Ciudad Don Bosco, salvando vidas y almas de los jóvenes más vulnerables y desfavorecidos del territorio Antioqueño, le han valido para posicionarse como una institución altamente reconocida entre las organizaciones sociales, que tienen como misión, la atención de los menores en el País. Ese “Good Will” no se ha generado por inercia; ha sido fruto de los inagotables esfuerzos de Salesianos y Laicos por mantener y potenciar el legado de San Juan Bosco en diferentes momentos y contextos, que han trascendido fronteras, y que ahora llega a las esferas de la administración pública, para empapar de este carisma, programas y proyectos en la ciudad de la “Eterna Primavera”.
Desde la Alcaldía de Medellín, en su Secretaría de Juventud, se ha estructurado un programa llamado “Juventud Que Teje Vida”, que a su vez integra otros programas definidos dentro del Plan de Desarrollo “Medellín Futuro 2020 – 2023”. Dentro de este programa, aparece un proyecto que le da vida a la visión de Medellín Futuro, llamado “Juventudes Tejedoras”, que busca el acompañamiento al desarrollo del proyecto de vida de jóvenes en situación de riesgo. Por lo tanto, es procedente decir que este proyecto entra en perfecta sintonía con el “Sistema Preventivo de Don Bosco”.
Si bien, este no es un proyecto nuevo, y de hecho en otras administraciones recibía otra nomenclatura, como “Jóvenes R”, lo cierto que es que ha evolucionado, tratando de generar mayores espacios, para que la juventud de la ciudad, tenga la capacidad de acceder a todo un abanico de oportunidades, que desde la oferta pública y privada están disponibles para ellos.
Por todo lo anterior, es que no sorprendió cuando en el pasado mes de abril del presente año, Ciudad Don Bosco recibe la llamada de la Secretaría de Juventud, solicitando convertirse en el operador del proyecto “Juventudes Tejedoras” para el año 2021, desplegando el “Know How Salesiano”, para el desarrollo de 3 grandes componentes:
1. Fortalecimiento Individual: Para este componente, se pretende la atención y el acompañamiento psicosocial a 1.075 jóvenes de las 16 comunas y 5 corregimientos de Medellín, en el fortalecimiento de sus habilidades y competencias individuales, que propicie la estructuración o consolidación del proyecto de vida de cada uno de los beneficiarios, y la capacidad de controlar sus emociones, de acuerdo a las vicisitudes propias de las nuevas generaciones.
2. Fortalecimiento Grupal para la Capacidad de Agenciamiento: En este componente se seleccionan 400 jóvenes de los que participan en el componente 1, para formarlos en habilidades que les permitan buscar y acceder de manera oportuna, a diferentes oportunidades congruentes con sus aspiraciones, aptitudes y cualidades de su propio proyecto de vida, previniendo de esta manera, el riesgo a caer en dinámicas endémicas de los territorios que habitan.
3. Fortalecimiento Familiar y Comunitario: Para el desarrollo de este componente, se seleccionan 300 jóvenes de los que participan en el componente 1, que tengan dificultades a nivel familiar, o que ya son padres de familia, y por ende han conformado un nuevo núcleo, por lo que se brinda atención o formación en prevención y buenas prácticas. Además, este componente comprende la formación de 100 líderes comunitarios, propiciando que sean los mismos jóvenes, quienes tengan la capacidad de “Transformar sus Territorios” y resignificar su historia, que en la mayoría de los casos está manchadas de sangre e injusticia.
Si bien es cierto, que el desarrollo de estos componentes, para beneficiar a jóvenes entre los 14 y 28 años de edad, es todo un desafío, también es verídico afirmar que es una gran oportunidad para seguir ampliando el legado de Don Bosco, generando un impacto significativo en los “jóvenes de las periferias”, como lo ha solicitado en diversos espacios Don Ángel Fernández, Rector Mayor de los Salesianos, para llegar a los barrios y comunas más pobres, riesgosas y peligrosas de la ciudad, donde cada día se frustran centenares de sueños de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, que caen sin remedio en estructuras y dinámicas que les van absorbiendo la vida progresivamente.
Es por esto que Ciudad Don Bosco se ha comprometido sustancialmente en el cumplimiento de los objetivos propuestos, y ha ofrecido alternativas extras, con el fin de agregar el mayor valor posible en el desarrollo de este proyecto, generando espacios y oportunidades adicionales de formación, atención y esparcimiento de los jóvenes, que seguramente darán como resultado la consolidación de “Buenos Cristianos y Honrados Ciudadanos”
(Boletín Salesiano)